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viernes, 18 de febrero de 2011

SEMANA DE SAN VALENTÍN (Cena y baile)

Aqui queremos mostrar diferentes momentos, de este encuentro de parejas, donde el buen humor y la amistad fueron los protagonistas de la noche.

Cena entre parejas, en la que cada una aportó un plato para compartir con los demás.


Aquí podemos ver como nuestro Centro Cultural queda pequeño
para estos actos


Los miembros de la Junta Directiva repartiendo corazones entre los enamorados.


Pareja agraciada con el premio que la Asociación sortea entre los socios participantes.

Los agraciados fueron: Valentina y Antonio
ENHORABUENA


Durante la noche se degustaron algunos dulces.




Hubo diferentes concursos de bailes: de la escoba y cambio de pareja.


Espontáneas haciendo de acompañantes al señor músico.


Espontáneos...

SEMANA DE SAN VALENTÍN



CHARLA:" Cómo ayudar en los estudios a nuestros hijos".

Queremos mostrar un resumen de lo que en esa charla se dijo y comento, acompañado de unas instantaneas del momento.
Aprovechamos desde esta página para agradecer a Heliodoro el detalle de estar entre nosotros y mostrarnos unas alternativas para mejorar, en calidad con respecto a la educación de nuestros hijos-as, su educación


La ayuda de los padres a los estudios de sus hijos debe enmarcarse necesariamente en el proceso educativo. Pero, hoy en día la familia ha ido descargando y delegando la responsabilidad de la educación de los hijos en los centros educativos. De manera que la escuela ha ido asumiendo responsabilidades y funciones educativas que antes se ejercían prioritariamente en el ámbito familiar. La escuela desarrolla toda una serie de tareas encaminadas a resolver carencias educativas de los niños y adolescentes que, en bastantes casos, tienen su origen en carencias familiares. Los padres deben ejercer su autoridad desde las edades más tempranas, poniendo límites a sus hijos, corrigiendo y sancionando sus conductas inadecuadas y diciéndoles “no” en todas aquellas situaciones que vayan en contra de los valores familiares o de la seguridad de sus hijos.


Sin embargo, la educación de los niños y adolescentes debe realizarse desde la corresponsabilidad entre la familia y la escuela. La escuela no puede, ni debe sustituir a la familia en la tarea de educar a los niños y adolescentes. En la función educadora, la escuela juega un papel complementario al de la familia.

¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos en los estudios?

Crear unas condiciones ambientales favorables al estudio: valores como el esfuerzo y la autonomía, unas condiciones físicas adecuadas en el lugar de estudio, etc.


Los padres tienen que dar ejemplo a sus hijos, porque educar es seducir con el ejemplo: la preocupación de los padres por la lectura y el afán de saber son estimulantes para el estudio de sus hijos.

Se debe producir una estrecha colaboración con el tutor y los profesores de su hijo, partiendo de la base que los padres y los profesores son aliados mutuos en la tarea educativa. Esta comunicación padres-maestros debe ser sincera y sin prejuicios.

Los padres deben orientar a sus hijos en determinadas técnicas de estudio, siendo la lectura el principal instrumento. Asimismo, los hijos deben organizar correctamente el tiempo (horario de estudio y planificación), saber subrayar un texto, hacer esquemas y conocer los pasos a seguir para estudiar un tema.

Además, se relacionaron las habilidades prácticas de la inteligencia emocional y su influencia en el éxito académico (autoconciencia, control emocional, automotivación, empatía y habilidades sociales).

Se señalaron también los defectos más frecuentes en el estudio: no descansar por la noche (uso de estimulantes y excitantes), exceso de memorismo, no planificar las tareas y estudiar sólo para el examen, dependencia excesiva del profesor y del libro de texto (falta de iniciativa), no saber distinguir lo importante de lo secundario, dificultad para expresarse oralmente y por escrito, vocabulario pobre, dificultad para relacionar y sintetizar conocimientos, etc.

Los padres deben animar a sus hijos en el estudio, ayudarlos o procurar ayudas externas cuando sean necesarias, intentando que éstas no sean permanentes. Deben realizar un seguimiento de su trabajo escolar en casa y en el centro educativo.

En los casos en los que no cumplan su horario de estudio o no aprovechen el tiempo, los padres deberán hablar con su hijo, sin perder el control, sin gritarles, pero en un tono firme. Se les deberá comunicar mensajes claros e inequívocos, sin ambigüedades, manteniendo el contacto visual. De no cambiar en su actitud, los padres deberán ejerce su autoridad y retirarles privilegios cuanto antes. Esta medida deberá ser cumplible y variada.